miércoles, 2 de diciembre de 2009

QUEMADO

A veces me pregunto si algún día se me pasará esta fiebre del surf. Si un futuro miraré atrás y me diré porque pasabas tantas horas mirando los partes, conduciendo, sacrificando muchas cosas para pasar frío en alguna playa del norte. En definitiva si acabaré quedamo. Todavía no me ha pasado, y dudo que me ocurra, pero no se puede decir de este agua no beberé.

Aquí va la historia de mi amigo John, un surfista compulsivo. Incluso el día que le conocí, justo después de hacer una entrevista en el sitio donde yo trabajaba, sin conocerlo de nada (y sin saber que yo surfeaba) sacó el tema a los 30 segundos de conversación. Consiguió el trabajo, y durante dos años ibamos todos los fines de semana a surfear juntos, el llevavá ya surfeando siete temporadas, yo dos. El tío tenía un porrón de videos de surf en los que se sabía los giros de cada sección de memoria, si yo miraba el windguru dos veces al día él lo hacía cinco, si yo me daba un baño de dos horas y media en pleno invierno británico el estaba tres y pico, y cuando yo me iba de vacaciones a la península para ver familia y amigos el se iba de surfari a Irlanda. Siempre hablaba de su amigo Jim, un tipo que vendío su casa y posesiones materiales y llevaba media decada viajando por todo el mundo en busca del mejor surf y como le gustaría seguir sus pasos. También me contaba como durante su carrera universitaria en el noreste de Inglaterra pertenecía al club de surf donde él y otro colega viajaban seis horas de ida y otras tantas de vuelta para coger sesiones de olas en un mar color marrón congelado rompiendo sobre roca afilada. Yo al lado suyo parecía un "frigido" del surf y eso que soy un "salido" en esta materia.

A los dos años de conocerle yo me fuí a trabajar y a vivir a otro lado, pero seguía estando a menos de una hora de John. Todavía quedabamos muchos fines de semana, pero ya no todos. Pasaron seis meses y cada vez oía menos de él y a los mensajes que le mandaba de "este fin de semana va ha estar bien, quedamos?" le seguía un "no puedo porque tengo tal o cúal". Llegó un momento en el que me mosqueé pensando que el tío ya pasaba olímpicamente de mi pero un día quedamos para aclarar las cosas y me lo dijo claramente. "Es que he perdido esa pasión que sentía por el surf, soy así, me obsesiono con temas y luego al cabo de cierto tiempo me quemo y lo dejo". Me explicó como durante su adolescencia era un obseso de la mountain bike y que llegó a ser número 5 de toda Inglaterra corriendo para el equipo nacional, pero un día se aburrió de ello y nunca más volvió a coger la bici. Lo mismo le paso con el surf. Con el tiempo y la distancia nuestra relación se fue enfriando. La última vez que oí hablar de él andaba completamente entregado a la ciencia, se fue a vivir a Florida para trabajar en un instituto de investigación. Quién sabe cual será su próxima fijación, el violín. el aikido, el spinning?
En mi caso hasta que llegó el surf a mi vida había tenido aficiones pero no obsesiones, actividades que me gustaban pero no me consumían. El surf llegó para llenar un "vacío" que estaba ahí esperando a llenarse, y vaya que si lo llenó, hasta inundarme. Fue una vocación esperando ser descubierta, no tuve la suerte de nacer delante de una playa con unos padres que surfearan, la vida quiso que entrase en esto del surf un poco rezagado y quizás por ello ahora intento aprovechar hasta la última ola por esas sesiones perdidas. Suelen decir que los que empezamos en el surf algo tarde somos los peores, los más absorbidos por el tema y creo que es cierto. Así que aunque no descarte futuros hobbies, ya que a uno le gusta aprender y disfrutar de muchos aspectos de la vida, el surf creo quedará siempre estancado en el epicentro como rey, con prioridad vitalicia o al menos hasta que las articulaciones y ligamentos digan dedicate a la poesía o a la meditación que el body no está para más sartenazos en el agua.

4 comentarios:

  1. Alguna vez se me ha pasado por la cabeza...pero inmediatamente me voy a la playa y desconecto de los pensamientos de futuro incierto cogiendo un par de olas y/o/u espumillas ;)

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  2. buen blog, me encanta, me he visto identificado en tu texto jeje, yo espero no dejarlo nunca o mas que eso, poder darme un minimo de 2 baños semanales siempre y cuando las condiciones lo permitan, en ocasiones llega a ser una obsesion, ahora que llevamos dos semanas de guarreton y frio es casi un alivio no tener que planear las sesiones, sobre todo para mi novia jeje

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  3. Mou e Ibon gracias por los comentarios, a seguir ahí en la brecha, dándole fuerte al surf!!!

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  4. Muy buen texto, inspirador y realmente me transportó a esos días vividos por vos y tu amigo...

    Que lindo es el SURF !!!

    Que lindo poder practicar este estilo de vida tan sano y tan superador, aunque no quieras te terminas convirtiendo en mejor persona porque quieres siempre superarte un poco más....

    Gracias !

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