jueves, 10 de abril de 2014

A REY MUERTO REY PUESTO

Esta primavera había comprado un nuevo bonzer para esos días de 4 a 6 pies cuando las olas se ponen buenas. Si recordais en una entrada anterior os conté que la susodicha tabla se me cayó atalaya abajo gracias a una rafaga de viento infernal y quedó hecha un cuadro.

Después de mandarla a Galicia, para que el shaper que la hizo le echase un vistazo y diera su veredicto sobre la posibilidad de repararla, el Dr. Chusma me comentó que con los 17 toques estandar ( tamaño tipo moneda de 2 euros) y tres mega-descuajeringamientos (punta partida, tail abierto por la mitad y toque enorme en el rail resultando en casi fractura de tabla) la cosa estaba complicada. Incluso aplicando su cirugía plástica más avanzada la tabla iba a quedar más fea que el fary comiendo limones.

Así que aprovechando que me voy en Semana Santa unos días a Inglaterra decidí pedirle a Steve Wintercroft de Empire Surfboards (http://empiresurfboards.co.uk/) que me haga un nuevo bonzer. Ya tengo un bonzer suyo que me ha salido muy bueno, que llevo surfeando 6 años y sigue dándome muchas alegrías. Esta vez le he encargado un 6'5'' con algo más de rocker y una cola terminada en pintail para olas más cañeras. Ayer me mandó una foto del foam shapeado y tiene una pinta estupenda.



Sus tablas no son baratas, para alguién que no tiene el renombre internacional de los Al Merricks, JS, o Rusty, aunque fue elegido entre los tres mejores shapers de Inglaterra por una revista de surf recientemente. Y eso que hace poco volumen de tablas, no se anuncia en revistas y sus tablas no son los típicos thruster de competición. Al final la calidad se paga y suelen decir que lo bueno sale barato. Desde luego que sus tablas están en el polo opuesto de las tablas prefabricadas en máquinas y con un laminado pésimo que vemos en muchas tiendas hoy en día y que no te duran ni una temporada. El tío es un artesano nato, y sino ved las obritas de arte que se curra como unas máscaras hechas con cajas de cereales, cajitas de música, platos tallados, tuppers de madera o cerámicas varias.










Viendo la maña que tiene no es de extrañar que sus tablas de surf sean verdaderas obras de arte. Con unos tintes  y pulidos dignos de un pintor renacentista, dan más ganas de colgar la tabla en la pared del salón de casa que de surfearlas.

A finales de mes recogeré la nueva joyita. Ya os contaré como vá en olas de consecuencia.

Un saludo,

SF