domingo, 30 de diciembre de 2012

PERU 2012

Disculpas por tardar tanto en blogear, no tengo excusa, estoy algo apático "blogísticamente" hablando últimamente.

Tenía pendiente contaros la historía del surfari de una semana en Perú que hice en octubre, después de un viaje de trabajo en Ecuador. Como el año anterior, repetí destino y fui a Lobitos. Esta vez decidí no ir a Máncora, si quieres un poco de marcha y una ola más tablonera es un buen lugar. Yo sin embargo cogí un autobus nocturno (CIFA) de Guayaquil hasta Talara, unas 8 horas, y de ahí en media hora en "carro taxi" a Lobitos.

Esta vez me fui directo al hospedaje de Casa de Nacho, donde estaba un amigo mío el año pasado. Las habitaciones y los baños son super básicos (hasta un tanto cutres) pero el precio es barato (25 soles/día) y sobre todo se respira muy buen ambiente. En gran parte porque Nacho y su familia son gente muy especial, que se desviven por hacerte cualquier favor. Me gusta dejar mis dineros a buena gente si puedo.

Estuve en Lobitos una semana, y como la otra vez las olas no defraudaron. Todos los días entre uno y dos metros plus. Pero tuve la muy mala suerte de que mi estancia cuadrara con  un macro puente de 4 días en Perú y todos los surfistas de Lima (que no son pocos!) habían subido a pillar olas. Así que lo que antes habían sido baños solito en Piscinas durante 2 horas hasta que empezaba a llegar la gente, ahora para las 6 de la mañana ya estabamos veinte tíos. Un bajón total.

No todo fue malo. Probé la ola de Baterías, que pensaba estaba a tomar por saco y solo eran 10 minutos andando desde Lobitos. Un point de izquierdas (como nó?) que se doblaba casi de forma imposible para formar olas realmente largaaargaaas. El primer día que me metí estaba gordo (para mí pobre nivel) y cogí dos buenas bombas. Ese día la corriente era descomunal y cuando saltabas desde el principio del point en cinco minutos o menos estabas medio kilometro arriba donde acababa la ola, y eso sin parar de remar para no moverte!

Al tercer día, en Lobitos un tío remando una ola pequeña me cayó encima y metió un quillazo que me corto media punta de la tabla. La única tabla que tenía!!! La que me había traido de Bali. Está claro, era la ley de murphy, si llego a llevar 5 tablas no le hubiese pasado nada a ninguna! Bueno, pues a reparar, casi tres días sin tabla.Y en Lobitos, a día de hoy, no hay tienda de surf... estaba jodido pensé. Menos mal que hay una especie de ONG en el pueblo que se llama Waves for Development, que tenían cinco tablas viejas para alquilar y pillé una. No eran ninguna maravilla, pero flotaba y me permitía seguir en el agua.

Al día siguiente entraron otra vez muy buenas olas en Baterías, y madrugando de nuevo, estuvimos tres en el agua durante un par de horas. Las olas eran potentes y huecas. Esa sesión ´pillé alguna buena pero también me llevé una tanda de los wipeouts más espectaculares de mi vida (y eso que mi colección es amplia!!). Entre que no le cogía el punto a la tabla, que había un mar de fondo periodo 19 segundos y dos metros bien puestos... y que soy un paquetín, acabé dándome unos revolcones tremendos.

Los dos últimos días fueron los que más disfruté. El puente había acabado y la masificación disminuido considerablemente. Dos sesiones en la ola de Piscinas yo y otro tío mano a mano durante hora y pico con olas de metro y medio de paredes verticales.

Suelen decir que segundas partes no son buenas, y he de decir que mi primera vez lo disfruté más, quizás por la novedad y sobre todo porque había menos gente. Las olas no fallaron y es que la consistencia del oleaje en Perú es increible, pero eso lleva consigo que un porrón de brasileños, australianos, más los muchísimos surfers peruanos tengan como destino de surfari estas olas, Lobitos siendo una de las más conocidas. Aunque en el agua sea un poco coñazo que estemos tantos de todos los lados fuera es una gran oportunidad de conocer a gentes y hacer amigos de mil y un sitios. Otra vez, viajando solo, acabé conociendo a muy buena gente.

El día que me iba fue con el sentimiento de que no volvería más allá. Dos veces era suficiente en estas olas cada vez más concurridas. Pero justo antes de irme entablé conversación con un shaper local. Me dijo como hace 10 años no había ni donde quedarse en Lobitos y tenía que ir desde otra ciudad cercana todos los días con dos o tres surfers en el coche y que eran los únicos en el agua. Como me hubiese gustado estar aquí en esos años le respondí. Y él me contestó que todavía hay docenas de points en el norte de Peru, a pocos kilometros de gran calidad que rompen solitarios... se me pusieron los ojos como platos, los pelos de punta y la imaginación comenzó a volar. Olas como Lobitos, a la vuelta de la esquina y sin gente....: eso si que me apetece! Más por la exploración y descubrir sitios vírgenes que otra cosa.

Creo que en el 2013 por cuestiones de trabajo tendré que regresar a Ecuador, si se puede intentaré hacer una escapadita a Perú y buscar esos spots ahora todavía que están intactos y solitarios.

Os dejo este vídeo de Nacho (de Casa Nacho) con su particular forma de surfear y disfrutar de la vida:

http://www.youtube.com/watch?v=N2WQs6MgZvk

Y unas fotos (no mías) para abrir el apetito:

                                          Baterías
                                          Baterías
                                          Lobitos
                                          Piscinas



Me despido deseando a tod@s  un Feliz 2013! Urte berri on! Happy New Year!!

sábado, 8 de diciembre de 2012

LA BALLENA Y EL SURFISTA

Ya sé que tenía que escribir la aventura de Perú y postear más a menudo... mil y una cosas me han mantenido ocupado en el último mes... pero la última entrada de Kukurustan contando el incidente del envaramiento de la ballena en San Sebastián me ha sacado de mi letargo.

http://kukurustan.blogspot.com.es/2012/12/1072-epidemia-de-indiferencia.html



¿Por qué un gran grupo de surfistas que estaba allí compitiendo mientras sucedía no hizo nada para salvarla? ¿Es el oceano y sus olas un regalo de la naturaleza donde viven criaturas increibles o un mero surf-park donde reventar olas con nuestras quillas y mirar con cara de malote al prójimo? ¿Estamos perdiendo el rumbo de lo que el surf significa en su conjunto total (ej. amigos, naturaleza, diversión)? Yo creo que sí.

Algunos de los recuerdos más vivos y especiales que guardo del surf es cuando me he topado con otros animales marinos (y no me refiero a los locales de turno) en el agua. Focas, delfines, mantas, tortugas, ballenas ... un verdadero espectáculo de la naturaleza.

Me gustaría pensar que el día del encallamiento de la ballena en San Sebastián me hubiese metido al agua a ayudar. Es fácil decirlo ahora, sentado en el sofa de casa. Lo que sí sé es que Kuku y otras tres personas se metieron a empujar contra la marea y 20 toneladas de ballena inerte.... y sobre todo contra una corriente de indiferencia total que llenaba la playa de Concha aquella mañana. Gracias a ellos por no dejarse arrastrar y darlo todo.

Aloha,

SF