domingo, 31 de julio de 2011

40 DIAS

O más. Ya he perdido la cuenta de la última vez que surfeé. Mucho trabajo y las desgracias familiares me han tenido alejado de las olas. ¿Por qué es que cuando las cosas no van bien el mar se aleja de mi vida? Lo peor que la mayoría de este tiempo no he tenido ni siquiera ganas de enfundarme el traje y saltar al agua.

Me pasó también la primera vez cuando me enteré de que mi madre le habían diagnosticado un melanoma maligno. Estuve una semana sin entrar al mar aún con buenas olas, hasta que finalmente me auto forcé a darme un baño porque había un mar de fondo excelente. A pesar de las olazas, me encontraba completamente a disgusto en el agua, no podía olvidarme de las malas noticias, tras menos de una hora en el agua decidí salirme.

Normalmente el surf me relaja y me hace olvidar los problemas, pero hay veces que el alma está tan alborotada que ni siquiera el mar puede calmarla. Como un maretón desfasado con olas enormes destrozando todo los que se pone delante, imposible de domar, solo cabe esperar que el temporal amaine con el tiempo y saber que el sol acabará despertando algún día para iluminar un mar ordenado y en calma.



Espero que ese mar glassy llegue pronto y pueda entrar de nuevo al agua con ganas renovadas de “correr” olas. Y de quedarme cerca del mar y todas las cosas buenas de la vida.

SF.

sábado, 23 de julio de 2011

IN MEMORIAM



Tras tiempo batallando contra un cáncer inmisericorde ayer se fue mi preciosa madre.

Todo tiene un final. Hasta la ola más perfecta que haya jamás atravesado el océano entero acaba rompiendo contra el fondo y disipándose sobre la arena.

Sin embargo el recuerdo de su fuerza, nobleza y belleza quedará grabado en mi memoria y alma para siempre.

Amen.

SF

martes, 5 de julio de 2011

EN HAWAI Y SIN OLAS...

A la vuelta de Micronesia, pasé otro día en Hawái, esta vez evitando Waikiki y tirando para la costa norte. Día sin olas (también en sur de la isla) me dediqué a ver tiendas de surf, pasear por la playa y visitar el East side de la Oahu.

Qué diferente se ve el North Shore sin olas. Las playas prácticamente vacías, sin bullicio en la cafetería de Sunset. El parking de Pipeline vacío, solo los pájaros y alguna gallina picoteando la hierba. Aproveché para bucear por el reef de Pipeline. Una matriz de arrecife rocoso con canales de arena cruzando a intervalos. Viendo la irregularidad del reef, con rocas sobresaliendo como dagas y huecos irregulares donde se podría enganchar una pierna o brazo con facilidad uno se da cuenta de porque es tan peligrosa esa ola. Es una lotería cuando uno cae dos metros a una ola hercúlea como esta donde cubre medio metro. Si tienes suerte caes en el canal de arena y te libras de una buena. Si la diosa fortuna no está de tu parte puedes acabar empalado en algunas de esas rocas salientes cual pincho moruno.






Este viaje al Pacífico olísticamente hablando ha sido casi nulo, pero he tenido la oportunidad de conocer lugares y gentes que ni sabía existían. Como suelen decir lo importante no es el objetivo sino el viaje que te lleva a él.

De momento el viaje me lleva hacia casa, eso si me puedo montar en el avión aquí en París pues hay overbooking y estoy en la lista de espera. Ya os contaré.

Hasta la próxima, SF.

P.D. Me he tenido que quedar en Paris, mañana cogeré otro vuelo.

P-PASS



Es como se conoce en el mundo del surf a Palikir Pass, una de las bocas de paso por donde salen los barcos del atolón de coral que rodea a la isla de Pohnpei (Micronesia). También es donde rompe la mejor ola de esta zona del Pacífico. Un señor derechón que necesita un buen swell de mucho mar y eso solo ocurre en invierno, un poco como nos pasa a nosotros con Mundaka, Rodiles y otras olas un poco resguardadas.

Para llegar hasta el arrecife hace falta una lancha motora para pasar los manglares y la laguna que se encuentra en su interior. La mejor forma de ir por allí (durante la temporada alta) es arrimarse al Club de Surf de Pohnpei. Yo me acerqué a ver estarían dispuestos a alquilarme una tabla y a llevarme a la ola. Allí estaba la lancha aparcada. Lo que no sabía es que el campamento estaba cerrado durante el verano, la señora del chiringuito de al lado me dijo que hasta septiembre no estaría abierto, “no wave no business” me dijo. Así que me quede con las ganas.




Está claro que hay que seguir al invierno, lo del Endless Summer es una falacia. Desde ahora si tengo la elección de hacer estos viajes “de trabajo”, intentaré que concuerden mejor con las temporadas de oleaje más propicias. Es una pena venir tan lejos para no catar las mieles de unas olas de tal calidad.

Os dejo un enlace a una serie de videos que muestran la potencia de esta ola cuando entra un buen maretón. El fotógrafo Ted Grambeau con más de 25 años de experiencia dijo que nunca había tendido un día de surf tan bueno como el que pasó en P-Pass con Shane Dorian la pasada temporada. Pensándolo bien seguramente mi jefe y mi mujer agradecerán que no haya aparecido por allí en pleno swell de 8 pies pues no creo que hubiese vuelto de una pieza con esas olazas ultra huecas y las cabezas de arrecife asomando en la superficie!


http://creativedestruction.tv/_webapp_797433/Hindsight_-_Part_One


Saludos, SF.