

Reflexiones, ideas, comentarios, observaciones,obsesiones y otros tipos de "pajas mentales" sobre el surf.
ggEl supremo está estudiando en estos momentos también fotos tomadas en El Brusco, Rodiles, La Santa y Pantín. Garzón añadió para terminar "estos crímenes surfísticos los vamos a cortar de raíz, por las buenas o por las malas, antes de que se nos vaya de las manos. Es inadmisible que en pleno siglo XXI estos ladrones de olas anden campando a sus anchas. Ningún "choriza-tubos" quedará impune, el peso de la ley caerá sobre ellos".
Posiblemente el vehículo más empleado entre surfers es el coche. Aquí es donde la gama y calidad del turismo varía radicalmente. Desde el cuatro latas oxidado sin ventanas y que hay que frenar con la suela del zapato hasta el último modelazo de BMW o Mercedes. Este contraste entre coches es fácil de observar en parkings de playas populares. Dos observaciones, normalmente (pero no siempre) a más caro el coche menos horas en el agua que pasa su dueño (los cochazos cuestan pasta y eso se consigue con trabajos que requieren mayor responsabilidad y muchas horas en la oficina lejos del agua). Segundo, aunque tengas un Rolls Royce o un Seat 600 los dos se va a manchar de arena igual, todavía no se a inventado un coche que evite esto (ni una mujer que no te cante las cuarenta por llenar la alfombrilla de arena!).
Después del coche viene la llamada “furgoneta surfera”, un vehículo multiusos, que te lleva al trabajo entre semana y el finde se convierte en tu casa. También un método muy usado para moverse de surfari, sin tener que preocuparse de donde dormiré esta noche y poder despertar junto a la playa (hay que procurar ser siempre respetuosos y limpios, que luego pagan justos por pecadores). Cuando uno oye que alguien se va con la furgo a coger olas se imagina una Volkswagen California o Merceces Vito último modelo con su conversión Westfalia, pero no todas caen en esta ca
tegoría. Hay desde las VW splitscreen del año de la pera, que cabe justo la tabla y una caja de cerillas y vas a 35 km/h de media (en cuesta abajo) hasta las autocaravanas Hymer con ducha, antena televisión, salón, comedor y cuarto de invitados. El que tiene furgoneta ya sea vieja o nueva, sabe que su verdadero valor sale a relucir en esas frías sesiones de invierno cuando te puedes cambiar en seco, con la calefacción a tope y mientras se cuece el café calentito.
Ya cuando nos vamos para más lejos, a ese surfari que uno lleva planeando no se cuantos años, que ha visto diez mil videos en Youtube, y se a releido todas las guías de surf del firmamento, es el avión el que te lleva. A pesar de ser un modo de transporte rápido y cómodo, aquí es donde los surfers sufrimos por partida doble. La primera a la hora de pasar por cajero ya que normalmente las aerolíneas suelen dar unas hostias escalofriantes, para que luego encima te venga un/a borde y te diga que serán 200 euros más por la facturación de las tablas. En segundo lugar por muchas veces que escribas FRAGIL y pongas 20 metros cuadrados de espumillón entre cada tabla nunca respiras tranquilo hasta que las revisas en tierra y ves que están sanas y salvas. Siempre uno tiene pesadillas la noche antes de partir con algún operario de equipaje de dos metros quince analfabestia completo que tira tus tablas favoritas sin escrúpulos debajo de 500 kilos de equipaje. Aquí de nuevo se puede viajar desde en primera clase con champan y caviar tumbado a todo lujo o en avioneta tipo Indiana Jones con gallinas, conejos y de pies agarrándote a lo que puedas.
Y luego ya quedan los medios de transporte menos usuales. El helicóptero, que mejor casi ni verlo porque suele utilizarse por la Cruz Roja para rescatar a algún kamikaze que se mete en situaciones extremas o simplemente un despistado que se lo lleva la corriente. O el barco, también usado frecuentemente en surfaris, bien como ferries para moverse entre islas o boat-trip que te deja a pie de ola sin mojarte el pelo (ahí el factor cocinero y como le huelan los pies al compañero de camarote es crítico) .
Así que ya veis, seguro que me dejo un montón de tipos de transporte (burro, motocicleta, submarino! …), lo que está claro que los surfers nos montamos en cualquier cosa con tal de llegar hasta nuestras tan deseadas olas.
Para enmendar un poco mi irregularidad en cuanto a publicación de entradas intentaré a partir de ahora escribir al menos una cada lunes (a la noche) y si me llega la inspiración alguna extra. Salud y buenas olas.
¿Cuánto hay en la foto un cuarto de metro en la orilla o 8 pies de órdago?
Tampoco quieres quedar como un exagerado en esos días de mar cuando hay claramente dos metros, pero como parece casi tabú decir ese tamaño y no sea que para cuando lleguen al parking el mar haya bajado o ha sido alguna serie excepcional la que has visto, pues dices que hay metro y medio o igual un pelín más. En mi opinión lo mejor es contarles lo que tu juzgas por tu experiencia y si acaso tirar un poco a la baja. Si dices que hay tres cuartos de metro y al llegar ven un metro justito les va a parecer oro puro, sin embargo si les dices que hay metro y medio cuando hay un metro pelado les dará un bajón.
Y es que cada uno vemos las mismas olas de forma diferente. Por un lado están los que van de "hawaianos" midiendo la ola por detrás, contándote que había un metro cuando en realidad había dos metros y pico, y eso tampoco es, pués te puede dar un ataque el día que te dicen que hay un metro y medio glassy, vas todo embalado a la playa y te encuentras con un "Waimea" y los huevos de corbata. Por otra parte están los flipaos. El otro día mientras me cambiaba tras un buen baño, un jovenzuelo que asumí (quizás erroneamente) era algo novato charlaba con su amigo diciendo "vaya olazas de 3 metrazos tío, flipas!" cuando en realidad no había eso ni de coña pues sino me hubiese quedado en tierra, las series más grandes eran de dos metros a lo sumo.
Y es que hay preguntas que afectan a lo más profundo de nuestro ego masculino como ¿Cuánto puedes levantar de press de banca?, ¿Cuántos polvos has echado en una noche?, y ¿Cuánto medían las olas que has cogido hoy? donde nuestro instinto natural de "macho ibérico" nos traiciona.