Como las olas la vida también es efímera y los surfers deberíamos saber esto. El surf nos enseña que tan pronto viene el preciado regalo de las olas como se va. Hay que aprovechar ese momento y saborearlo. No hay mejor forma de honrar a los que se nos van que cuidando de los que nos rodean y disfrutar de las cosas buenas y puras de la vida. El surf es sin duda una de ellas.
El día en que me muera me gustaría que mi funeral fuese como los que hacen los irlandeses, que se reunen en vez de para llorar al difunto como hacemos en las culturas mediterráneas para celebrar la vida del ser querido que se fue con música, jolgorio, bebidas y una gran fiesta. Si tengo que irme que al menos pueda dar una última alegría.
Después de unas horas en el agua mi amigo estaba bastante mejor, durante ese tiempo el cielo, las gaviotas y las líneas que se dibujaban en el horizonte fueron su terapia, su escape, su paz.
Creo que es el gran error de esta sociedad. El no enseñarnos a aceptar la muerte, simplemente no hablar de ella, ocultarla..Ánimo.
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