lunes, 19 de octubre de 2009

SURFTERAPIA

Ayer falleció el padre de un amigo mío, hoy hemos quedado para ir a surfear. Tras largas horas pasadas en los últimos días en el hospital y tragos muy duros él quería encontrar algo de paz en el mar que durante tantos años ha sido su capilla. Quizás algún familiar piense que es una frivolidad o falta de respeto irse a surfear el día después del triste desenlace. Puede que no entiendan que para muchos de nosotros el mar es uno de nuestros mejores amigos al que acudimos a contarle penas y alegrías. Nos recibe con un abrazo cuando vamos a visitarle, nos ofrece el hombro y brazo de sus olas como apoyo para dejar los problemas, aunque sea por un ratito, aparcados en la orilla.

Como las olas la vida también es efímera y los surfers deberíamos saber esto. El surf nos enseña que tan pronto viene el preciado regalo de las olas como se va. Hay que aprovechar ese momento y saborearlo. No hay mejor forma de honrar a los que se nos van que cuidando de los que nos rodean y disfrutar de las cosas buenas y puras de la vida. El surf es sin duda una de ellas.

El día en que me muera me gustaría que mi funeral fuese como los que hacen los irlandeses, que se reunen en vez de para llorar al difunto como hacemos en las culturas mediterráneas para celebrar la vida del ser querido que se fue con música, jolgorio, bebidas y una gran fiesta. Si tengo que irme que al menos pueda dar una última alegría.

Después de unas horas en el agua mi amigo estaba bastante mejor, durante ese tiempo el cielo, las gaviotas y las líneas que se dibujaban en el horizonte fueron su terapia, su escape, su paz.

1 comentario:

  1. Creo que es el gran error de esta sociedad. El no enseñarnos a aceptar la muerte, simplemente no hablar de ella, ocultarla..Ánimo.

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