viernes, 11 de septiembre de 2009

DEMASIADAS OLAS

Ayer a la manaña surfeando en una playa algo concurrida le salté la ola a un tío. Fue completamente involuntario, los dos estabamos sentados en un pico que abría de derechas y de izquierdas, no iba a remarla porque le veía que tenía preferencia y estaba remando para coger una buena ola, el hombre entonces hizo un amago para ir hacia la derecha y una izquierda preciosa se iba quedar sola, así que en el último segundo decidí tirarme a por ella. La cogí, pero miré por el rabillo del ojo por si acaso y vi como al otro surfista le iba a cerrar la derecha y decidía cambiar rumbo hacia la izquierda. Cuando ví que venía me quité rápidamente de la ola pero ya le había frenado o cortado un poco sin querer y la ola le cerró.

Al remontar le pedí perdón y él me contestó tranquilamente que nunca ha entendido a la gente que se enfurece por una ola, que hay demasiadas olas en el mar para cabrearse.

Una lección de caballerosidad y saber estar en el agua. Con más gente con esta actitud en el agua seguro que nos iba a todos mejor y disfrutaríamos más del baño.

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