lunes, 16 de marzo de 2009

VISIONES DEL SURF

El otro día conocí a un surfer al salir del agua y entablamos una conversación y no sé como me empezó a contar que si en alguna playa de tal ciudad hay tíos que a lo único que se dedican es a surfear y nada más. Que conocía a alguno que de los diecisiete a los veintimuchos se los pasó cogiendo olas todo el día y no pegó ni golpe y ahora se ha pillado los dedos. Entendí su razonamiento, de algo hay que ganarse el pan y no se puede ser un mantenido toda la vida, aunque si pueden hacerlo allá ellos. Pero luego dijo otra cosa. Algo así como “y luego están esos zumbaos que se van a vivir a Mundaka, con algún trabajo mal pagado, para malvivir para pillar esa ola”.
Ahí ya no estaba de acuerdo y le dije lo que pensaba. Le pregunté qué tiene de malo si alguien decide que está enamorado de un sitio y sus olas y decide irse a perseguir su visión. Si trabaja de friegaplatos, barrendero o lo que mejor le venga para tener más tiempo para surfear ¿Qué más da mientras sea un trabajo honrado? Al final trabajamos para tener una mejor calidad de vida y si el surf le aporta eso, adelante. Y es que vivimos en una sociedad que lamentablemente parece que manda el poderoso don dinero y si eres banquero, político o constructor con un Mercedes y chalet has triunfado en la vida. Si esta gente no tiene ni tiempo para pasar con sus familias porque están siempre al negocio, si tienen que pisotear o chupar el culo al que sea para conseguir su meta, si andan metidos en chanchullos y corruptos hasta las cejas, si por pura avaricia roban hasta el último duro al prójimo… eso no importa, pero si luego un surfista dedica su vida a coger olas y para ello trabaja de lo que bien pueda, eso se ve con malos ojos. Alucina vecina. En alguna parte del camino nos vendieron la moto y parece que únicamente puedes ser feliz si tienes el último ipod, PC, Nintendo, móvil, tele de plasma y mejor coche que el vecino. Llámame iluso, pero opino que gracias a Dios, a Mahoma o al Santo Job ( o quién más te plazca) las mejores cosas en la vida, como la sonrisa de tu hijo, el abrazo de un ser querido, una conversación con un buen amigo o un atardecer anaranjado con buenas olas no se pueden comprar con dinero. Y si alguien decide desmarcarse de las pautas impuestas por esta nueva sociedad de consumo que cada vez se aleja más de "la verdad" y se lanza a perseguir un sueño tan bello y puro como es vivir cerca de una ola, sólo tengo una cosa que decirle... ¡ole tus huevos!

1 comentario:

  1. SI HAY ALGO QUE ME HA ENSEÑADO EL SURF ES QUE NO ES MAS FELIZ EL QUE MAS TIENE SINO EL QUE MENOS NECESITA

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