Durante uno de esos días que sabía de sobra que el viento frío del norte (directamente onshore por aquí) azotaba la costa y el mar estaba totalmente reventado, examiné por enésima vez la webcam de la Zurriola, cual masoquista profesional.
Mi sorpresa fue mayúscula al observar como había una panda de jovenzuelos en la playa y uno comenzó a descamisarse y quitarse los pantalones en pleno febrero a menos tantos grados y se fue esprintando hacia el agua. No me lo podía creer! Allí se zambulló el insensato entre gélidas espumas en gallumbos mientras sus amigos se desternillaban por los suelos.
No sé qué se apostó, pero ni por una cena en el Bulli o el Mugaritz me tiro yo allí con el tanga en pleno temporal de invierno transiberiano! La posterior neumonía que se cogió el colega por tal hazaña tuvo que ser monumental.
Hasta otra, SF.
Para mi eso es de idiotas.
ResponderEliminarParece que ese día había mar y estamos ya un poco cansados de leer en los periódicos sobre ahogados en Donosti, Asturias, Galicia, etc.
Un abrazo,
Muy cierto lo que dices.
ResponderEliminarLa gente parece ignorar lo poco que puede hacer una persona (por muy atleta que sea) ante las corrientes y olas de un mar embravecido. Estás a su merced.
Un abrazo,
SF