miércoles, 7 de diciembre de 2011

VIAJE A TAHITI

Aquí van alguna fotos y experiencias del viaje a Tahiti. Lo cierto es que al ser un viaje de trabajo me dió menos tiempo del que deseaba de surfear en esta preciosa isla. Había cogido el primer fin de semana antes de la conferencia como rato donde podría hacer alguna excursión por la isla.


Descubrí de camino al hotel por la ventanilla del taxi que tenía a cinco minutos andando una playa surfeable y ahí a La Fayette beach me acerqué la primera tarde. Para mi desilusión era una ola orillero corchera de cerrotes múltiples. Un montón de chavalillos corcheros pululaban por el agua y para mi tranquilidad pronto descubrí que el fondo era solo de arena (negra) y sin coral. Baño introductorio agradable con agua muy caliente y los chicos amigables, dándome la mano muchos de ellos.


Al día siguiente fuí de incursión por la isla con unos compañeros de trabajo. Dimos la vuelta a la isla (tarda unas dos o tres horas si no paras) acercándonos a varias playas entre ellas Papara, otra ola de arena que andaba tocada de viento ese día pero con varios surfistas en el agua.







También paramos en Tehaupoo, al final de la carretera. Un pueblo costero casi sin nada, una tasca y poco más (alguién me había dicho que Billabong tenía el pueblo comprado y me esperaba unas cuantas tiendas de surf, posters, marketing, etc... pero yo por lo menos no ví nada de eso). Por el contrario ví cruzando un pequeño puente una casas en un entorno verde y privilegiado con unas vistas a un olón que rompía a lo lejos. Sí afinabas un poco la vista se veía la lancha con gente sentada en el canal y unas olas que parecían pequeñitas en la distancia pero que cuando se tiraba algún surfista habría dos metros contundentes estimo. Me dió mucha pena no alquilar una lancha y acercarme a ver el espectáculo, pero iba con otras tres personas no surfistas y preferían ver otras cosas.









A la vuelta por el este de la isla ya en el norte nos encontramos al bajar una rampa una larga playa de arena petada de surfistas cogiendo olas de calidad tocadas de viento de dudosa calidad, al menos durante este swell, era Papenoo. Allí me dí un bañito entre la marabunta en esta "Sopelana" del Pacífico.






A la mañana siguiente, y esta vez ya solo me dirigí al museo de historia tahitiana. Allí aprendí un rato sobre la interesantísima cultura polinesia, no olvidemos que fueron ellos los que nos regalaron el surf, y después ví como un grupo de habilidosos tahitianos echaban un campeonato de "dale al coco" con unas lanzas en el jardín. Un equivalente de jugar a los bolos para nosotros los del norte, pero esto en más complicado.













Tras el muro del museo se encuentra una joyita, Sapinus, una ola que me había recomendado el amigo Jabi. Esto era otra cosa. No era una playa con agua achocolatada por influencia de la arena negra. Esto era más lo que me esperaba, agua cristalina y arrecife de coral. Sábado y mucha peña en el agua. Si piensas que Tahiti es un paraiso donde vas a surfear solo, estás equivocado. Normal en un lugar donde hay agua caliente y olas continuamente y es una actividad gratuita. Mucha chavalería y muchos corchos en general, un instrumento más adecuado a las condiciones cañeras y más económico para los jóvenes lugareños. Allí en Sapinus, también muy buenas caras y apretones de manos tras ver que entraba solo y respetando al personal. Habría un metrito justo y estaba divertido, aunque algún rayón a la tabla ya le dí sobre el coral. Viendo la poca profundidad del arrecife no creo que hubiese estado agusto en un swell de dos metracos con ese tipo de batimetría.



El único otro baño que me daría durante el resto de la estancia fue una pequeña escapada al reef delante del hotel (La fayette reef) que rompia bonito pero muy pequeño, con menos de medio metro sobre un arrecife muy asomado. Tanto que le dí un buen toque en el nose a la pobre tabla. En dos baños había sufrido más contusiones esta tabla que en cinco años en casa (aunque bien es cierto que es una de las que menos uso). Un retoque de Solarez y listo esta vez.








El último día cogí el ferry y me acerqué a Moorea, la isla de al lado. Aunque tiene olas surfeables, otra vez al ir en grupo con colegas de trabajo me quedé a dos velas, pero recomiendo la visita a esta isla (como me lo recomendó a mí un amigo ;-) que es el arquetipo de isla tropical de estampa, con preciosas playas de arenas blancas, arrecifes repletos de fauna y montañas volcánicas.



Bueno pues eso, poco surf pero unas islas preciosas (eso sí, caras también) pero totalmente recomendables para llevarse a la jefa (o jefe) y darse unos baños a pelo en agua caliente, que sobre todo en esta época invernal se agradecen un montón.



Hasta otra, SF.

2 comentarios:

  1. Ya me alegro que te lo pasaras bien en la Polinesia y que te gustara Morea.

    El surfing allí es bastante complicado, pero no pasa nada por colgar la tabla cuando estás en semejante paraiso.

    Un abrazo,

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  2. Gracias por el consejo, me encantó Morea. Cierto, una belleza de isla y por actividades acuáticas que no quede a falta de surfing.

    Un abrazo,

    SF

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