jueves, 18 de agosto de 2011

PROFESORES EN VERANO

Verano, veranito… aunque el tiempo no acompañe mucho que se diga (ni las olas tampoco). Personalmente me quedo mil veces antes con el otoño y la primavera. Mucho mejores olas, menos bullicio en el agua y el tiempo suele estar pasable.

En las dos últimas semanas ha habido algunas sesioncillas que ha variado tanto en tamaño como en masificación y eso que casi todas han sido en la misma playa (eso si consigues aparcar en el minúsculo parking). La mayoría con olas pequeñitas. Especialmente grata la del retorno al agua tras dos meses en el dique seco. Solecito, medio metrin, yo con el single yellow fin y cuatro madrugadores con en un piquito divertido y muy glassy. Da gusto cuando está una manita de surfers desconocidos y los turnos se van más o menos rotando. No hace hay que decir nada, simplemente ejercitar el respeto y la voluntad de compartir sin cebarse a costa del prójimo. Como una buena cuadrilla donde no hay amigos huraños a los que hay que decirles que se saquen la mano del bolsillo para pagar la siguiente ronda. Más buena voluntad es lo que hace falta en el agua.

Aunque a veces se haga difícil ser generoso cuando estamos trescientos en el agua con el del SUP, la piragua, el tablón, la tabla corta, el corcho, el bañista, el italiano guaperas, la alemana en bikini, el portugués de pelo en pecho, la principiante de la escuela y el skater madrileño. Todos hacinados en el pico veraniego.

Reseñable la cantidad de gente que se mete a aprender surf con las escuelas. Este pasado puente viendo las multitudes que se agolpaban en una conocida escuela cántabra me surgían muchas dudas. ¿Cuál es la calidad de las clases cuando están 30 por profesor? ¿Qué pensarán los locales (y visitantes) de la masificación que se crea para dar de comer (y pagar surfaris) a unos pocos, compensa? Me cuesta digerir el grado de comercialización del surf de hoy en día (pero luego soy un hipócrita porque compro Billabong o Quicksilver, veo a ratos el WCT, compro alguna tabla de Al Merrick o JS, …) así que no debería de hablar muy alto. Creo que según voy madurando, tanto como persona como surfista, cada día le doy menos importancia al aspecto comercial y más al esencial (divertirse en mar sin importar el traje, tabla, calidad de olas, ni malos rolletes). Pero bueno, a lo que iba, las escuelas de surf “produciendo” cual fábrica de churros, cuantos más mejor ($$$), olvídese usted de atención personalizada y aprendizaje “artesanal”, me producen emociones mixtas digamos. Una cosa que me pareció bien es el gran número de chicas/mujeres en estas clases, muchas más que el pobre ratio de tías a tíos en el agua. Que no se interprete esto como un comentario sexista (ej. más tías macizas en el agua por favor), sino que me gusta que haya más chicas en el agua pues los tíos se vuelven menos agresivos y no quieren dar la nota, mejor rollo vamos.



Pero no quiero ser yo el que tire la primera piedra contra las escuelas, pues todos los surfistas hemos empezado en algún momento a surfear, seamos autodidactas, nos enseñase el primo o el profesor de escuela. Así que alguna vez hemos sido iniciados en el ritual del sagrado surf y aportamos nuestro granito de arena con nuestra presencia a la masificación sufrida día a día. Para más inri, este fin de semana le he comprado una tabla de goma espuma a mi hija mayor y le empezado a enseñar lo divertido que puede ser esto del surf. Itxaso (mar en euskera) se lo pasa pipa, aunque creo que disfruto incluso más yo viéndola ponerse de pies en el tablón. Espero que podamos pasar muchas sesiones juntos en el agua, ahora y en el futuro.





Bueno, pues eso, que iba a quejarme de las escuelas pero no puedo pues soy también “profesor de surf”. Así que disfrutad del surf con o sin gente, mostrad las bondades de esta actividad lúdico adictiva a quién os plazca y a ver si esos swells de septiembre empiezan a rolar pronto. A mí personalmente se me hace la boca agua pensando en esos mares de otoño y los parkings vacíos.

Hasta otra,

SF

1 comentario:

  1. Muy buenas!
    Interesante reflexión. Dias atras a mi tambien me vino cierta sensación de mala leche cuando vi como toda la playa estaba practicamente copada por grupos de escuelas diferentes. Luego lo piensas friamente y te dices..."bueno, cuando enfrie la temperatura, acorten los dias y el cielo torne en gris, entonces sera nuestro turno"
    Lo dicho, interesante el post. Ah!, precioso el nombre de tu hija.
    Un saludo y hasta la proxima!

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