domingo, 26 de junio de 2011

WAIKIKI DOS Y NO MÁS

Voy en el avión de camino al atolón de Majuro (Islas Marshall) tras pasar medio día en Hawaii, en Honolulu de nuevo. Si has estado alguna vez en Benidorm en pleno mes de agosto se puede decir que casi has estado en Waikiki, excepto por las olas y que no hay sangría. La otra vez que estuve los picos estaban cargaditos, pero ayer estaban a rebosar y eso que había medio metro.
Como no tenía nada mejor que hacer me decidí a alquilar un tablón en el puesto de los beach boys hawaianos, los sucesores del mítico Canoe Club de Duke. Me debieron ver cara de pardillo y me endosaron un tablón que parecía un SUP sin remo, 12 pies y completamente lleno de agua por dentro, me las vi canutas para llevar ese transatlántico al agua ¡y eso que estaba a 15 metros de la orilla! No sabía ni donde colocarme cuando la remaba viendo la punta allá a lo lejos y los brazos prácticamente no me daban para remar de tanto que tenía que abrirlos. Eso sí, podías coger hasta una micro ondulación en el agua. Me voy a un pico que tenía muy buena pinta y el único con poca gente para descubrir que es porque hay un campeonato, así que me abro dirección a la marabunta. Viendo lo petado que está (mucho SUP, mucho principiante y el resto con tablones) me pregunto si cogeré alguna ola. Luego veo entrar la primera seriecilla y ahí van todos, 20 personas por ola, no sé como catalogarlo si como una saltada colectiva o simplemente mucho aloha y buen rollo. El que la pilla primero en el pico no se mosquea porque tendría que esquivar a 19 personas para coger la ola solo. No falta ni el de la canoa polinesia con dos turistas a bordo. Esto es como Sope en verano, pero al cuadrado. Me abro.


Veo que a lo lejos hay otro pico con algo de gente, pero parece que menos. Remo cinco minutos y veo que así es. Gente, pero no lo de Waikiki. Tras esperar un rato cojo la primera ola con el tablonazo. ¿Qué es esto? Pesa tanto y es tan grande la tabla que no puedo ni girarla diez grados, voy recto como una flecha y directo para un japonés aprendiz que no parece darse cuenta del peligro hasta que ve que un obus se le echa encima. Madre, que peligro tiene esto. Decido coger una olita de cuarto de metro justo encima del reef y sin nadie enfrente y mis sospechas se cumplen, mover este mega-tablón es imposible y soy un peligro con patas. Así que nado hasta el puesto de alquiler y pido algo más pequeño. Me dan un 10 pies.

Este lo puedo llevar debajo del brazo sin arrastrarlo penosamente por la arena, que guay. Nado al pico lejano de nuevo y al volver compruebo que se ha petado. Mucho SUP otra vez, aunque hay que decir que muy respetuosos todos. Pillo un puñadito de olas en la hora y poco que estoy allí. Casi ninguna solo, aquí parece que mola el “menasatrua” marino. Casi al final del baño me pillo un rebote de aupa. Después de surfear una ola, comienzo a remontar y de repente veo a un principiante con una tabla corta (de las muy pocas que ví) que se tira a una ola casi comiéndose al que iba ya surfeándola. El tío tumbado a lo corchero va dando alaridos de “yea, yea man”. Viene enfilado a mí y le aviso que estoy allí pero ni caso, va a lo suyo. Se me tira encima y me pasa rozando el cuero cabelludo, posiblemente la vez que más cerca he estado de comerme unas quillas. Cuando emerjo del agua le digo que por favor tenga cuidado. Me dice descojonándose que “no pasa nada, que no es un tablón es una tablita de nada” y luego choca esos cinco con su colega (que también había ido dando tumbos y casi decapita a otro que iba remontando a mi lado). Vaya retrasados, debí darme cuenta antes al ver el pelo rapado a lo Forest Gump y los tatuajes de “USA Army” con la aguilita en el brazo. Dejarles surfear a estos “Rambos” recién salidos de permiso de la base es un peligro. Me largo que ya he tenido suficiente por hoy.
Dentro de unos días vuelvo por Hawái, otra estancia corta de un día y sin tabla y con el aeropuerto al lado Waikiki parece la opción más fácil. Pero me da que voy a buscarme un plan alternativo, ya sea surfear en otro sitio o simplemente no surfear. Eso de surfear en el mismo lugar donde lo hicieron los reyes hawaianos y el gran Duke Kahanamoku pues mola hacerlo una vez, como el que va a la Meca, pero ya más veces como que no. Porque posiblemente en la Meca habrá menos gente que en un día de medio metro surfero en Waikiki ;)

Aloha, SF

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