miércoles, 13 de abril de 2011

MUCHO FLOW

Generosa semana de surfing la pasada por la vertiente Cantábrica. Bastantes baños seguidos, con la nueva Brewer casi todos. Aunque tiene algo menos volumen de lo que pensaba y sobre todo más rocker (coño debía haber caído en que está hecho para las huecas olas hawaianas!), las sensaciones iniciales son buenas y promete.

La calidad de las olas surfeadas variando entre pasable a perfección. Especial mención al baño del jueves con un tamaño moderado (metro pasado) pero los fondos de una playa cuyo nombre no quiero acordarme levantaban olas de largas paredes azules curvadas y tubulares. Un solo pico con 15 tíos, casi todos con nivel, así que tocaba esperar un poco pero hubo para todos. Especial mención a dos de los surfistas ahí presentes, uno con un fish y otro con tabla “normal”. No había visto algo así por estas tierras hace tiempo ¡Qué estilazo! Sin un movimiento fuera de sitio, sin transiciones abruptas, ni forcejeos con su tabla. Sin sacar el culo al agacharse en el tubo o taconear frenéticamente para ganar velocidad. Solo un equilibrio dinámico entre la tabla, el cuerpo y la ola, mucho flow. Ese estilazo no se consigue de la noche a la mañana, es más muchísimos que han dedicado su vida entera al surfing no alcanzan esa meta.

Del mismo modo que no es especialmente agradable a la vista ver a un tipo descojonar una ola con un estilo pésimo y que la mayoría de nosotros (yo el primero) surfeamos con muchas ganas pero poco flow, observar a ese selecto grupo capaz de meterse dentro de un tubo orillero que te puede decapitar con la naturalidad del que se da un paseíto por el parque es un deleite. Recuerdo que leí la anécdota que contaba la mujer de un millonario británico (no recuerdo su nombre) por aquel entonces surfer novato (que acabó esponsorizando el WCT años después) de como en Hossegor mientras iban dando un paseo por la playa su marido acabo metiéndose al mar con el agua hasta la cintura (pantalón calado incluido para ver más de cerca a alguien con un surf de una belleza casi hipnótica. Ese surfista resultó ser un joven llamado Tom Curren.






Un efecto similar sufrí yo el jueves, mientras me quedaba en el escape de la ola sin remontar contemplando abobado como se aprovecha la fuerza de una buena ola con gracia y esmero. Y es que para mí contemplar en directo (sobre todo desde el agua, que es como se observa mejor) a un surfista dibujar líneas preciosas y equilibradas sobre un lienzo de ola es uno de los espectáculos más bellos que existen.

Pena que mis líneas sean más bien garabatos y mi pose la de un abuelito a punto de caer en cualquier momento!!! Habrá que seguir trabajando en ello, eso sí, sin obsesionarse y siempre con el objetivo del surf bien claro, pasar un buen rato en el agua.

Chao gente, SF.

2 comentarios:

  1. Qué buena entrada. Todo verdades.

    Lucharemnos por conseguir esa línea mágica.

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  2. Buenas Víctor, cierto, habrá que dibujarlas aunque sea con brocha gorda! Saludos, SF

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