martes, 2 de noviembre de 2010

A.I. D.E.P.

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Aunque en estos momentos (2 de noviembre) no está 100% confirmado, parece que la noticia podría ser verdad. El tres veces campeón del mundo Andy Irons a muerto inesperadamente en un hotel de Dallas mientras esperaba regresar a casa en Kauai, a causa de la fiebre del dengue.
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No quiero extenderme aquí sobre su rivalidad mítica con Kelly o sus problemas que le hicieron dejar el WCT hace dos años, de eso se encargarán muchos de exprimirlo de nuevo. Lo que no cabe duda es que Andy es uno de los mejores surfers de la historia. Para mi gusto su surf es el que más me gusta de los surfers de hoy en día, quizás junto con Joel Parkinson. Su naturalidad y tranquilidad en olas grandes y potentes no la he visto en ningún otro surfer y su sentido del tubo, que decir, insuperable. No hay más que poner Trilogy para ver de lo que hablo. Un surfer que con 32 años que todavía le quedaban muchas olas y muchas cosas que hacer. Como siempre digo "carpe diem", no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy.
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Desde luego la noticia es un completo shock para el mundo del surf, pero también para mí. Hace un mes, por casualidad cuando regresaba de Panamá me lo encontré con él por primera vez en mi vida. Estaba junto con su amigo hawaiano Freddy P. en el aeropuerto de Loiu (Bilbao) de donde ellos iban al Pro Francia. Allí, un Andy Irons al que yo tenía por bastante chuleta y antipático (todos le hemos visto caracterizado en Blue Horizon), para mi sorpresa se prestó a sacarse unas fotos conmigo sin ningún problema, con una sonrisa y poniendo el brazo alrededor de mi hombro como si fueramos amigos de antaño.
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Un detalle. Cuando ya me iba por el pasillo del aeropuerto y él se quedaba esperando a que llegasen el resto de compañeros del WCT, me dí la vuelta cuando ya estaba a 20 o 30 metros para acerciorarme de lo que había visto era real. Andy que también se había girado, me estaba mirando, no estoy seguro porque. Al ver que yo también le estaba observando, me sonrió de nuevo, levantó el brazo con los dedos haciendo un shaka y luego me dijo adiós con la mano. Yo le contesté levantando y ondeando la mano también. Lo que yo no sabía es que ese sería el último adiós.



A.I.

D.E.P.

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