sábado, 11 de abril de 2009

REGALAR OLAS

El otro día vi por primera vez Glass Love (gracias Niega por la recomendación) y en ella hay un trocito de entrevista a Steve Pezman que me dió que pensar.

Para los que no habeis oído hablar de Pezman, este californiano fue el editor de Surfer entre 1971 y 1991, y ahora edita junto a su mujer seguramente la revista de surf más laureada y con artículos de mayor calidad del mundo, The Surfer's Journal. Pezman es al mundo del escritor de surf lo que Kelly es al surf de competición, se sale de la escala, un genio que aparece una vez cada muchas generaciones. Más que un escritor le considero un filósofo, su amor por el surf, su detallado conocimiento de su historia y su tremenda sensibilidad e inteligencia le capacitan para ver más allá de los hechos puntuales y definir aspectos universales que nos conciernen a todos los surfistas.

A lo que iba. Pezman en la entrevista cuenta que a veces escribe sobre cosas que le enrabietan y una de ellas es la falta de generosidad en el agua. Se pregunta porque los surfistas no dan más olas a otros surfistas. Argumenta que debido a una de las principales taras de la naturaleza humana, la avaricia, se está perdiendo esa característica inherente al surf que es el espíritu de aloha. Y es que en la antigua cultura hawaiana el espíritu de compartir no se quedaba en tierra sino que también existía en el agua y el regalar olas a otros era algo que caracterizaba a los mejores surfers con más confianza y habilidad. Que razón tiene digo yo. Un símbolo de poder a la vez que de responsabilidad y de saber encontrar la satisfacción junto al prójimo.




Cualquiera de nosotros, más fuertes y experimentados, podríamos fácilmente intimidar o dar una paliza a un niño por la calle, pero no lo hacemos, todo lo contrario intentamos ayudar y protegerlo si surge la oportunidad. La sensación de ayudar al menos afortunado es una de las más preciosas que se pueden experimentar. Sin embargo, muchas veces lo peor de nosotros sale a relucir en el agua, si vemos a algún principiante intentado coger buenas olas, en vez de ayudarle con algún consejo le buitreamos si podemos, auto justificándonos con un "seguramente echaría a la ola a perder". Vemos a diario, y a veces asumimos como algo normal, que los mejores surfistas cogen ola tras ola tras ola, sin pensar en los otros que están allí para lo mismo que él., y luego copiamos ese comportamiento si hay alguno peor que nosotros. Cada vez son menos los spots donde las risas y el buen rollo son el tono del general y más donde las caras agresivas y gritos predominan. Es la anti-evolución del espíritu del surf.


Creo que aparte de la susodicha debilidad de la naturaleza humana, que siempre estará ahí en un grado u otro, hay dos factores que pueden agrabar nuestra conducta insolidaria (aviso, creo que me está entrando la vena filosófica e igual extrapolo demasiado!!). Una es la actual sociedad de consumo que nos enseña y convence, erroneamente creo, que más es mejor y sinónimo de felicidad y hacemos lo que sea por conseguirlo. Pero la realidad es que más olas en una sesión no equivale siempre a mejor baño, y es que si has tenido que pelearte por cada una de ellas en un pico concurrido como un poseso no te relajas nunca y acabas agobiado. Dos, el desorbitado énfasis de los medios de comunicación del surf con la competición (que al final no es más que un medio para vender camisetas de marca). El veterano Nat Young advierte de este peligro, ya que el espíritu del surf no es el de estar compitiendo en el agua para hacer las maniobras más radicales y aplastar al resto, sino el de pasar un buen rato, relajarte con los amigos, y salir más contento y relajado de lo que entrasté. El rollo pro no es un ejemplo a seguir. Hablando de pros y volviendo al tema inicial de regalar olas, sobre todo los de mayor rango. Entonces este hombre tendría que pasarse el dia regalando olas y sin embargo hace lo contrario (dejo este enlace como prueba, aunque lo he visto en otros muchos clips suyos, asi que creo que es algo habitual: http://www.youtube.com/watchv=Pcven_y57bE&feature=PlayList&p=05DF05C13637B1AD&playnext=1&playnext_from=PL&index=19). Más parecido al comportamiento de un yonki que lleva cinco días sin chutarse, buitreando olas a cuatro viejetes en un cuarto de metro, que el de un embajador del surf y heredero del patrimonio aloha hawaiano.

Os dejo con una última nota, la aportada por el mítico Shaun Tomson campeón del mundo de 1978 (hoy va de veteranos, dicen que más sabe el diablo por viejo que por diablo) que en su libro Surfer's Code nos dice que una de las lecciones que ha aprendido del surf es que antes de meterse al agua piensa y sabe que siempre vendrá otra ola. Siempre ha habido y habrá olas, tomatelo con calma, esa serie tan bonita que ves venir no es la última del siglo, ni siquiera del día, ni de esa hora. No te comportes como un "devorao" buitreando y rallandote con el personal por coger una ola, han de venir mil y otras mil detrás, todas ellas mucho más perfectas y bellas, no te preocupes. Dejala pasar y regalasela al tipo de al lado con un dale, dale!!!, verás como cambia el ambiente en el agua y lo que ganarás en salud (que el estrés es muy malo!) y felicidad.






Aloha a todos!

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