MI JEFE ES SURFER

Alguien se acuerda de aquella entrada sobre un amigo que tenía un jefe surfer? (Aquí) Pues resulta que después de casi tres años me entero que el mi jefe también lo es!!!! Vaya sorpresón. Jamás lo hubiese adivinado.

Puntualizando, es un surfista de corazón, porque hace varios años que dejó de coger olas. Una mala lesión de espalda lo apartó de un deporte que práctico durante treina años, ahí es nada. De hecho fue uno de los primeros surfers en la península, comenzando a surfear a finales de los 60! Recordemos que el primer surfer español creo fue Jesús Fiochi hacía el 62 o 63.

El otro día en un viaje de trabajo cuando ibamos los dos solos en el coche salío el tema y me empezó a contar sus historietas de surf. Todavía asimilando que mi jefe era un forofo del surf, me empezó a contar como era todo antes. Cuando eran dos en el agua y no había masificación (casi lo contrario buscabas a gente para ir contigo). Cuando  Mundaka todavía era un secret spot mítico y era tabú hablar de su ola en público. De las primeras tablas que se agenció, esas Santa Marina y alguna otra marca que no me sonaba. Como en los veranos, ya en los 80, se sacaba con su hermano un dinerito reparando tablas (su hermano acabo siendo un buen shaper).

De como hacían turnos cada hora para asomarse a la playa con la bici para ver como estaba la mar, pues no había ningún tipo de webcams ni parte meteorológico. Como el acceso a muchas playas era casi imposible con las carreteras secundarias que había  y con qué ganas se montaban viajes en sus destartalados cuatro latas para ir a pasar el verano en Francia y descubrir orilleras de calidad. Increibles anécdotas en una época dorada del surfing cuando se podían contar con los dedos de la mano la gente que surfeaba en las playas.

Cuando llegabamos ya al destino me dijo que aunque dejase de surfear a los 40 por la espalda, todavía guarda una tabla en casa, como dejando caer que aunque ya tenga unos cuantos años más algún día la desempolvará y cogerá unas olas por los viejos tiempos.




Que a los dos una la pasión por el surf no quiere decir que me vaya a dejar irme a coger olas en horas de trabajo (un jefe es un jefe), pero al menos si que compartiremos un vínculo común. Ya veis los caprichos de la vida, quien me lo iba a decir, un jefe surfero! Pero ya no tendré que dar explicaciones si me ve con los ojos rojos o el moquillo que se cae al agacharme. Espero que tengamos más oportunidades de compartir batallitas y aprender más de la historia de nuestro surfing de primera mano.

Saludos,

SF