Este
año está siendo uno de transición, tras trasladarme a vivir a Mdk, donde mi familia y yo estamos
muy contentos por cierto. Pero en cuanto al surf se refiere todavía estoy aprendiendo
muchas cosas sobre cuando funciona mejor cada rompiente de la zona (mareas,
dirección del mar, tamaños), como evitar a las masas (difícil tema), o que
tabla usar para diferentes condiciones.
He pasado
de surfear en un radio de 300 km, porque desde donde vivía en el interior me
daba igual más o menos ir a Cantabria, el País Vasco o Francia (todo a hora y
pico en coche), a moverme en un radio de 30 km. Así que de tener un porrón de
alternativas me he encontrado con que surfeo en 4 playas (el circuito B-L-O-M)
y me amoldo como puedo a la situación.
Algunas
de las lecciones aprendidas son las siguientes:
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Si hay un swell de 3,5 m y viento sur fuerte anunciado durante días en
el Windguru, hay que buscar una alternativa a Mdk en baja. Estarán todos los pros,
los pichi-pros, los amigos de los pichi-pros, los locales, los del pueblo de al
lado, los de las ciudades de al lado, sus madres y si hay puente en Francia, como
sucedió el día que estuvo Jeremy Flores, trescientos franchutes también. Si
quieres ver en directo a gente buena coger olones estarás en el sitio ideal, si
lo que quieres es surfear esas olas, mucha paciencia y suerte si pillas una.
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Cuando los fondos de una playa están mal, sobre todo al final de un
invierno con tantos swells, lo van a estar para un buen rato. Durante dos meses
en invierno estuve haciendo repetidos viajes a la playa de al lado (que le entra
más mar), lo que pasa es que a partir de febrero estaban ya con los fondos
destrozados. Siempre con la falsa esperanza de que “hoy no estará tan cerrote y
habrá aparecido un pico con alguna ola que abra”. Mentira. Un porrón de viajes
en balde, sabiendo lo que me iba a encontrar pero no queriendo darme cuenta.
Solución, buscar otra playa aunque esté mas lejos, o meterme en la de casa aunque
este mini, o no surfear y hacer otra cosa.
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Tras enero la masificación se aminora con el frío y la gente ya más
saciada de olas (o se van de snow). Sigue habiendo sesiones puntuales que está
petadísimo, pero también otros baños (quizás no con la perfección de los días
clásicos pero bien divertidos) con mucha menos gente y que se puede estar
tranquilo en el agua.
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En Mdk no valen todas las tablas. Aunque en marea media -alta y cuando
está un poco más flojito todavía puedo sacar a pasear mis queridas tablas
retro, la gran mayoría de los días hay que decantarse por una tabla tipo
thruster moderno (con más o menos volumen)
porque si está un poco fuerte y hueco es lo que mejor va. El gran
volumen y cantos generosos de las retro hace que “patinen” más sobre la
superficie, sin agarrar tan bien en la pared vertical. Además si te llevas un
buen revolcón, algo que a mí me pasa muy a menudo, cuando te das un golpe con
una tabla tan pesada y dura como un martillo por sus capazas de fibra de
vidrio, ciertamente duele. Y encima para hacer la cuchara o el pato para pasar
por debajo de espumones gordos es harto complicado, porque no hundes tanto como
con una tabla fina y encima con la flotabilidad de las retro, sales disparado
para arriba antes de que hayas acabado de pasar toda la espuma. Así que durante
el invierno mis tablas retro han estado prácticamente condenadas al ostracismo
en el camarote.
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En otoño e invierno, calcula que tres o cuatro fines de semana mínimo
tendrás que buscarte una alternativa a Mdk. Ya no hay el campeonato WCT, pero
si queda el del circuito vasco, el del Club, y luego Kayak, más alguna otra
sorpresa por ahí. A mí me afectan poco, porque normalmente son días de mar muy
potente, en el que cayendo en finde y condiciones épicas hubiera estado a
reventar de tíos máquinas y me hubiese comido los mocos de todas formas.
Aunque voy familiarizándome con la zona y sus
olas, todavía me quedan muchas cosas que aprender. Este año de toma de contacto
está siendo bueno y a base de cagarla repetidas veces: yendo a una playa cuando
estaba bueno en otra, o entrando con una tabla que no era la adecuada, o
cayéndome en olas que requieren más concentración de la que les estaba
prestando, uno va para delante, intentando mejorar (o por lo menos no empeorar
más!!! J) en este largo camino del surfing.
Buena lección, a veces no nos paramos a pensar un rato en dónde podemos surfar en condiciones y solamente miramos olas, desde luego me voy a surflexionar un rato sobre mis lugares.
ResponderEliminarPor cierto no nos dejes tanto tiempo solos que nos entristecemos.
¿El sábado estabas en el andén para Bermeo, no? ¿Optaste por la arraiz-azoka o volviste a darte un baño en la barra?
ResponderEliminarUn saludo y espero que tu familia y tú seais lo más felices posible en Mundaka.
Ya voy a intentar actualizar algo más a menudo, "mea culpa".
ResponderEliminarSí. Al final estuve un poquito en el Arrain Azoka y luego corriendo a coger unas olitas en la barra. Milesker por lo de Mundaka, estamos felicísimos allí.
SF
Leo con atención y considero muy interesante lo que explicas. Esto de las adaptaciones a nuevos lugares es algo que en mas de una ocasión me pregunto como se produce. Supongo que esa deberia de ser una de las normas a seguir, sobre todo cuando llegas de primera vez a un lugar, observar y analizar, luego ser consciente de las limitaciones de cada uno y actuar en consecuencia.
ResponderEliminarLo dicho, muy agradecido por el texto.
Un saludo y buenas olas!
Gracias Fran. Para un surfer del montón como yo ciertamente Mdk no es un lugar al que puedas llegar alegremente y tirarte en un día 3 metros. Saldría bastante mal parado! Ver, aprender y conocer las limitaciones de uno.
ResponderEliminarAupa SF! Ánimo y a seguir disfrutando
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