jueves, 30 de septiembre de 2010

¿HORARIO DE VERANO O DE INVIERNO?

Esta semana hemos cambiado de horario de verano al de invierno en el currelo. Poco a poco los días se van acortando y las mañanas se hacen más frías. El 3/2 parece que ya no abriga tanto y los que intentamos rascar una sesioncilla en día laboral tenemos que cambiar de estrategia.



Hasta esta semana con el horario de verano podía entrar hasta más tardar a las 9.30 am. En esta situación mi opción más utilizada ha sido la de meterme nada más amanecer al agua (las sesiones se iban acortando poco a poco, la semana pasada hasta las 7.30 o más tarde no amanecía) y veinte minutos antes de la hora señalada salir pitando para el coche. Como siempre las ventajas de amanecer pronto es la menor presencia de gente y más probabilidades de viento terral, lo malo mucho sueño durante el resto del día.



Hoy me dí el primer bañito de calendario laboral de invierno y la verdad es que es un poco más agobiante, en mi situación particular. Tengo que calzar un baño y todo lo que conlleva en la hora y media (de reloj, o de tarjeta de fichaje para ser más precisos). El proceso es el siguiente. Ficho con la tarjeta la salida, a la vez pongo el cronómetro en mi reloj para saber de cuanto tiempo dispongo. Me dirijo de inmediato al coche a paso rápido. Cruzo los dedos para que los siete semáforos queden fijados en verde, recorro el trayecto en ocho minutos, dos semáforos me traicionaron y mientras paro esperando al cambio de luces, busco la bolsa del almuerzo y me zampo la tortilla de queso de tres bocados. Aparco en el parking de la playa, minuto 10. Me desvisto en un santiamen, me enfundo el traje, saco la tabla, parafina, saco unas monedas y escondo la cartera en la esquina del capó, pago el ticket, cierro puerta, han pasado 15 minutos en total. Corriendo tabla bajo el brazo, atravieso parking, acera y playa. Para cuando remonto la rompiente ya me he puesto en los 23 minutos. Ahora a surfear, pero esta vez con otros cuarenta que también están en la hora de comer, o de vacaciones, o en paro, o tienen trabajos flexibles. Sea lo que sea somos muchos y casi todos apurados de tiempo. Encima el terral a cambiado a térmico y las olas rompen onshore. En 45 cojo 7 u 8 olas, y sin saltar a nadie. Con tantos en el agua era rara la ola que iba con menos de media docena de cabalgadores en sus lomos, todos silbando, dando el ehhh, ehhh de rigor o chisteando al prójimo. Al marcar el paso de una hora mi cronómetro decido ir para dentro. Trote hasta las duchas, subo escaleras, corriendo al coche. Proceso de secado, vestirse a toda pastilla, enfundar tabla y arrancar. 1 hora y 6 minutos. A la vuelta el tráfico es mayor, ingiero una pera entre semáforos. Aparcar y sacar la tarjeta, ficho. 1 hora y 21 minutos. Me ha sobrado tiempo esta vez.

Desde luego que este no es el surf idílico del amanecer, en algún lugar tranquilo de la costa, solo contemplativo en el agua, con toda la mañana por delante al que estoy acostumbradoYa dije en alguna ocasión que huía de las playas de ciudad como la peste, y aquí estoy ahora, surfeando (entre semana) en una de ellas. No se puede tener todo. Me pregunto si me acostumbraré bien a esta dinámica de surf veloz y concurrido o lo mandaré a tomar por culo, me quedaré en la oficina todo el día y elegiré surfear con mis propias condiciones y términos los fines de semana (que por cierto este no viene nada mal).

Como siempre, ya os contaré en próximas entradas.

Buenas olas a tod@s

jueves, 23 de septiembre de 2010

PERSEGUIDO

Perdón por el pequeño parón en las entradas. He estado fuera una semana por trabajo, y aunque lo he intentado no he conseguido quitarme el surf de la cabeza. No ayuda cuando el puerto pesquero en el que tienes que trabajar (Manta) está tocando con una de las mejores playas de surf de Ecuador, conocida como los murcielagos, y ves las líneas marcarse desde la terraza de tu hotel mientras los pelicanos vuelan a ras del agua.
*Está foto no es de la mañana épica sino de otro día, pero es para ilustrar las vistas desde el balcón, para ponerme los dientes largos.
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Menos mal que el swell duro poco y el calentón bajó.
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Pero es que luego me entra el hambre, y ¿Donde acabo? Evidente querido Watson.
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Y después de Ecuador, a Panamá, donde imágenes de arrecife con colores de aqua-azul pastel observadas desde la ventanilla de un avión disparan toda mi imaginación pensando en surfear ese paraíso que atisvo a 8.ooo metros de altura (pinchad).
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Y ya para rematar el viaje, llego al aeropuerto de Bilbao y me encuentro con Fred Patachia y Andy Irons, que iban de camino al Pro France. (Nota aclaratoria: normalmente no suelo llevar bolsos de mujer colgados del hombro, los dos que llevo encima son regalos para mi mujer y para ¡la suegra! y la edición de la foto es en parte para mantener mi anonimato pero principalmente porque para una foto que me saco he salido con una cara de tonto que mejor así tachada).



Pero a lo que iba. El surf me persigue allá a donde vaya. Incluso las pocas veces que intento evitarlo.


Estoy empezando pensar que no fuí yo quien descubrí el surf realmente, sino que quizás fue el surf quién me busco y me encontró.

domingo, 12 de septiembre de 2010

WALK THE WALK, TALK THE TALK


Hoy me he topado con este video de Youtube:

http://www.youtube.com/watch?v=gjUH_9yfvcM

Es de un programa que había en Inglaterra (así que es en English) donde una persona completamente ajena a una profesión/actividad tiene que en un mes prepararse para ver si se la puede meter doblada a alguién que sí es de ese gremio, haciéndose pasar por un colega de profesión. En este episodio un programador informático de Londres con pinta de empollón y que nunca ha surfeado tiene que entrenar duro para aparecer en una competición un mes después y ver si los jueces tragan que es un surfer relativamente experimentado y no un impostor.

Sin querer revelar demasiado del resultado final es reseñable: 1) lo fácil que es pasar por surfer (pintas, jerga,...), 2) lo difícil que es aprender a surfear, 3) como el surf engancha, te abre los ojos y enseña a vivir la vida.

Disfrutad. SF.

sábado, 11 de septiembre de 2010

CUATRO OJOS

En esto del surf, como en muchos otros deportes, la vista es esencial. Ver venir las series de lejos o triangular con puntos de referencia lejanos en tierra para una buena colocación son algunas de las acciones que requieren de un buen sentido visual. Para un"gafoso" como yo, uno busca mitigar algunas de esas carencias oculares como buenamente puede,en una manera similar a la que los ciegos utilizan el resto de los sentidos para paliar sus falta de visión.
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En mi caso sufro de miopía y estrabismo, los cuales me afectan a la hora de surfear de diferente manera. Ambos por suerte son relativamente leves. La miopía es la que te cuesta enfocar objetos a larga distancia. Diría que aunque no puedo observar con nitidez cristalina el horizonte marino cuando escaneo para ver las series, si que vislumbro las ondulaciones del mar y mi "base de datos" cerebral va aprendiendo a seleccionar las olas que se asoman a lo lejos. Me he dado cuenta que incluso muchas veces (cuando estoy atento y no tengo la cabeza en las nubes) soy el primero o de los primeros en detectar la serie y empezar a remar hacia ella. Pero si ando despistado entonces si que no me como ni una rosca. Eso me imagino les ocurre a los que usamos gafas y a los que tienen vista de Superman también si están en Babia. En este caso, como dice el refrán: si ves las barbas del vecino mojar y a los de al lado hacia el horizonte remar, empieza a mover los brazos rapidito o una serie gorda te vas a jamar. Si se mueven uno o dos es cuestión de juzgarlo por uno mismo, pero si ves a todos los del pico dándole a los brazos cuales remeros de trainera en la regata de la Concha por algo será y lo más acertado normalmente es remar tú también (este consejo es también útil para gente más novata), eso si no quieres comer una tapita de "toñeja de serie con espumita on-top".

Por otra parte tengo lo del estrabismo, que es la desviación del alineamiento de un ojo, un caso extremo es el Dioni (sí, ese, el que robo un furgón y usa un peluquin que canta a todas luces). A estas alturas estaréis pensando que por lo menos soy el jorobado Igor del Jovencito Frankenstein, jeje, no soy el más agraciado digamos pero tampoco es para tanto (de momento no tengo chepa)!



El problema con el estrabismo es que dificulta alinear la mirada de los dos ojos en un mismo punto y afecta adversamente la percepción de la profundidad, y eso si que es una pequeña putada cuando surfeo. Así que cuando tengo que alinearme con objetos en la costa las paso canutas. Imaginaos, estoy en el pico sentado mirando al horizonte giro la cabeza hacia la derecha para cuadrarme. Mi ojo derecho me dice que estoy bien, pero llega la corriente y me descoloca más hacia la derecha. Esta vez para ver el punto de referencia miro sobre mi hombro izquierdo, el ojo izquierdo me dice que otra cosa. Cojones si yo pensaba que estaba medio bien. Empiezo a remar hacia la zona izquierda, me coloco donde creo estoy bien y de repende miro con el ojo derecho. Coño, si pensaba que el pico estaba donde estoy ahora. ¿Pero que ojo tiene razón, donde me pongo? Al final acabo medio loco. Así que para paliar esta carencia, si voy a un surf spot de los habituales suelo fijarme en quien está cogiendo las mejores olas por buena colocación y arrimarme un poco a donde están estos individuos. Ya tengo en el coco una pequeña lista de quien se situa bien en cada playa y si están en el agua son mi punto de referencia. Este surf-consejo sirve también para los novatos. Una advertencia, no lo hagáis demasiado descarado pues se pueden mosquear o hacerte la jugarreta de ir moviéndose para alejarte del pico y cuando viene la serie se recolocan rápidamente y tú te quedas fuera de posición.

Pues ya veis, esas son mis carencias oculares y algunas de las estrategias que uso para minimizar su influencia. ¿Tenéis algún otro truco propio o ajeno por ahí que ayude?

Hasta la próxima. SF.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

ESTO ES LA LECHE

Por favor echadme un cable. ¿Soy sólo yo el que ve un labio de leche semidesnatada a punto de formar un tubazo de nata "pipeliana"? Necesito saber si todavía estoy cuerdo o para mandar directamente al loquero.




¿Estoy atacado por el surf o vosotros también veis algo surfeable en ese líquido blanco? ;-)

domingo, 5 de septiembre de 2010

DESPUNTES OTOÑALES

Primera sesión otoñal el viernes. La realidad supero a la ficción: sol, agua caliente y el previsto metro del Windguru se convirtió en casi dos metros período dieciseis (eso registran al menos las boyas de Bilbao y Santander) en una playa bien orientada a mares del oeste. Entré con el thruster (mi eterno talón de Aquiles) pensando que estaría bien un metrito justo para probarla después de muchos meses de no sacarla de la funda. Debí asomarme a la playa antes de enfundarme el traje y seleccionar tabla. Tras tres olas media hora después y con el mar "in crescendo" a medida que subía la marea, decidí surfear con un poco más de volumen y cogí el bonzer. Fue un acierto.

Mucha menos gente en el agua en que el pasado mes (aunque todavía queda y eso que era día laboral) y series levantándose fuertes y preciosas con esa calidad que sólo un buen período y viento offshore son capaces de producir. También bastante remar, acostumbrado a babillas de medio metro agostero, pasar series de 5 0 6 olas potentes mientras remontas al pico significaba un buen esfuerzo físico, más la corriente que te mueve del pico constantemente.

Que sean todos los esfuerzos así digo yo, para llegar a un pico de olas perfectas y no para picar en una mina. Al final se convirtió en un buen baño, espero que preámbulo de lo que nos ha de traer el mar esta nueva temporada otoño-invierno.
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Este sábado y domingo me pierdo el resto del swell. Mi mujer tiene que trabajar y yo cuidar de las crías. Bueno, me voy que se acaba de despertar mi hija y me está llamando por que está haciendo "caculillas" (va en serio!), el deber me llama. Disfrutad de las olas por mí.

Un saludo, SF.