Quien iba a decir que aquella
conversación que entablé con Renata llevaría hasta aquí. Ella me miraba con recelo la primera vez que me acerque para hablar en el
agua en Mancora (creo que pensó le iba a entrar!). Pero yo solo quería encontrar
candidatos con quien llenar un coche dirección a Lobitos. Al final su novio Álvaro,
ella y yo alquilamos los servicios de Pulpo (el guía de surf del lugar) y
fuimos para Lobitos. Allá juntos surfeamos Lobitos, Piscinas y el Muelle sin
parar durante una semana de olas esplendorosas. Luego quedabamos para comer o cenar y hablar de surf, aventuras pasadas y mil cosas de la vida. Un surfari con buenas condiciones
es una maravilla, pero si encima tienes el placer de conocer gente de talla
personal se convierte en una experiencia insuperable.
Así que esa semana les traté de mostrar
las delicias culinarias, parajes emblemáticos, y algunos surf spots de Euskadi
y Cantabria. Los primeros días bajo una lluvia incesante y un viento norte
desbordado y después con solecito y olitas pequeñas. Les presté mis trajes de
invierno y gorro de neopreno para que sus fisionomías tropicales aguantasen el
cambio de temperatura brutal, y dejé mis
tablas, a todas luces enormes y “gordas” para ellos que han competido en sus
años mozos y tienen nivelazo. Sin
embargo no se quejaron de nada si no todo lo contrario, mostrándose
constantemente agradecidos.
Vimos Mundaka, pena que estuviese reventado
por el viento y con la marea un poco alta, surfeamos un spot más recogido con olas pequeñas y
aventadas, y nos dimos bañitos con sol al amanecer en la Zurriola.
Se quedaron con las ganas de
probar Mundaka. Como surfista local (de la región quiero decir) me hubiese
gustado que su visita coincidiera con mares ordenados y poderosos para que
disfrutasen de nuestros spots en todo su esplendor… pero ya casi llegando al
veranito eso es difícil por estas tierras. Al menos pillaron algo, que si
llegan a venir el mes pasado con el platazo...hubiese sido una pena, sobre
todo después del año tan bueno de olas que hemos tenido.
No surfearon días épicos, y sin duda en Indonesia hubiesen cazado mejores olas, pero los surfaris hay que tomarselos con filosofía (y sino que me lo digan a mi con el viaje de la semana pasada, pronto os cuento sobre ello). Me enviaron al llegar a Brasil un mail dándome las gracias por hacer de guía y que les pasase mi dirección para enviarme un regalo. Pero para mi el mayor regalo que me dijeran en el correo lo bien que lo habían pasado por aquí.
Les estoy muy OBRIGADO y ojala que el destino nos depare más surfaris juntos.
Un abrazo, SF
Desde luego que resulta muy gratificante. Un gustazo disponer de alguien que te puede echar un cable, mas en este caso con un anfitrion de lujo...jeje
ResponderEliminarSaludos!
Gracias Fran, si necesitas un anfitrión por estas tierras estaré a tu disposición, jeje
ResponderEliminarSaludos, SF
Se agradece Jesus. La zona de Cantabria y Pais Vasco es una zona que me gustaria visitar -he estado en otras ocasiones hace años pero por aquel entonces todavia no habia probado con esto de las olas-, desde luego que cuando llegue el momento te preguntare algunas cosillas y si cuadra pues siempre se puede compartir charla y lo que se tercie...jeje
ResponderEliminarSaludos!
Preciosa historia. A veces es más gratificante dar que recibir.
ResponderEliminarSaludos!
Niegà
Gracias, cierto lo de dar. SF
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